Seguridad
SEGURIDAD DE LOS PAVIMENTOS
Medir la seguridad de un pavimento es relativamente sencillo. Un pavimento brinda seguridad a todas las personas que lo transitan si su coeficiente de fricción cumple con valores mínimos en condiciones secas y especialmente húmedas.
El coeficiente de fricción es la resistencia que ofrece un cuerpo a deslizarse a lo largo de una superficie. Cuanto más alta es esta resistencia más seguro será el pavimento. Por ejemplo los pies mientras estamos caminado o corriendo, “agarran” la superficie de un pavimento. Cuando el agarre es alto la posibilidad de caerse resbalar es mínima, viceversa, cuando hay poso “agarre” la probabilidad de caerse resbalando es máxima.
Por esta razón es casi imposible caminar o correr sobre el hielo (fricción mínima), mientras en una pista de atletismo o sobre el asfalto podemos tranquilamente correr, saltar, caminar sin riesgo de resbalones.
La seguridad de los pavimentos en números: algunos datos de Estados Unidos
- En el año 2003 1.6 millones de ancianos recibieron tratamiento de urgencia en hospitales debido a lesiones por caídas. De ellos 353,000 fueron hospitalizados.
- La segunda causa de teraplejía son accidentes causados por resbalones y caídas.
- Más de 50% de las caídas en piscinas son por resbalones.
- Según el National Safety Council, resbalones y caídas son la causa más grande de visita en los cuartos de urgencia de los hospitales.
- Cada año los seguros gastan más de 4,000 millones de dólares por reclamos en caídas y resbalones.
El Americans with Disabilities Act (ADA), aprobado el Congreso de Estados Unidos hace 13 años (1992) declara que: en todos los establecimientos comerciales abiertos al público el coeficiente de fricción recomendado para los pavimentos y los lugares de tránsito peatonal debe estar en 0.60 (sistema de medición ASTM) y 0.80 para las rampas. Existen serias multas para aquellos que no cumplen con esta disposición y beneficios fiscales para los que si cumplen.
Los pavimentos tratados con PISAFIRM brindan una gran seguridad, ya que sus superficies se modifican de forma permanente, aumentando hasta cuatro veces el coeficiente de fricción.